Discapacidad y Circo

El aprendizaje de técnicas de circo se está desarrollando como una herramienta ideal para la inclusión de personas con discapacidad. El circo permite utilizar diferentes elementos artísticos como la música, el teatro, la acrobacia, los aéreos y las malabares, entre otros. Este amplio abanico asegura disponer de diferentes formas de expresión con las que identificarse y poder trabajar. El aprendizaje del circo por personas con discapacidad es una de las líneas de trabajo de lo que se conoce como circo social.

Este aprendizaje permite fortalecer a la persona con discapacidad a salir fuera de su espacio habitual, de los muros de su institución rompiendo “su etiqueta”. Esta actividad le permite un medio de expresión como a cualquier otra persona. Un centro sociocultural o una escuela de circo social es un lugar donde los vecinos construyen relaciones y los artistas entrenan, practican y crean. Las personas con discapacidad pueden mezclase con los artistas y con los vecinos, siendo observadas con respeto por ellos. La persona es encorajada, apoyada y socorrida. Los artistas y los vecinos dan la posibilidad de entrar en un mundo donde las barreras entre normal y no-normal, poco a poco, se van rompiendo para dejar paso a la creatividad.
El arte del circo contribuye al desarrollo de las personas a partir del fortalecimiento de sus habilidades psicomotrices y sus capacidades sociales. El aprendizaje de técnicas de circo fomenta la investigación, la superación, y facilita una autopercepción positiva. También ofrece diversas maneras de expresión y estimula la creatividad contribuyendo al bienestar, a la felicidad y a la autonomía.
El circo social hace hincapié en el trabajo personal y en el trabajo con los otros. Fomenta la relación grupal fortaleciendo la socialización y haciendo posible la inclusión. Tal como plantea Josep Invernó el circo social nos permite trabajar sobre dos ámbitos: el de la independencia y el de la interdependencia. Se trabaja la independencia de la persona dando herramientas y mecanismos para su desarrollo personal y se trabaja la interdependencia al hacer el paso “del yo al nosotros” dando herramientas y mecanismos para el desarrollo de habilidades sociales y relacionales a través del trabajo en grupo.

Existen diferentes métodos que surgen de diversas experiencias. Los referentes más cercanos son el sistema pedagógico desarrollado por l’Ecole de Cirque de Bruselas y el desarrollado por Ateneu Popular 9Barris en Barcelona. Desde inicios de la década de los 80 han construido empíricamente su saber hacer en relación al circo social. Lo han enriquecido a través del trabajo en equipo y basándose en reflexiones, experiencias, e investigaciones. En Barcelona se inició el trabajo con personas con discapacidad en 2005 y en Bruselas se inicio en 1991. Éste último con muchos más años de bagaje se ha inspirado en diferentes teorías pedagógicas como las desarrolladas por el Dr. J. Leboulch, B. Aucouturier y Véronica Sherborne. Hay otras experiencias más recientes como la que están llevando a cabo, en Mataró, por el colectivo de circo Cronopis en coordinación con la asociación el Taller de Ideas.
En todos ellos las diferentes técnicas de circo son adaptadas a los diferentes niveles de discapacidad y a las necesidades educativas individuales. El progreso es evaluado en base a las capacidades de cada individuo focalizando el objetivo en el proceso, no en la muestra o resultado.
La mesa redonda sobre “Circo y Discapacidad” organizada en marzo del 2009 por la Red Europea de Formación y Circo Social CARAVAN apuntaba que las actividades de circo tienen un valor añadido en comparación con otras actividades deportivas o artísticas. El mundo del circo está vinculado con la magia, con lo más difícil todavía, y con la imaginación. De acuerdo con los trabajadores sociales de instituciones especializadas, este “toque mágico” hace el circo particularmente atractivo para personas con discapacidad, lo que aumenta su motivación y facilita su progresión.
Hay múltiples aspectos beneficiosos para la integración de alumnado con discapacidad en grupos de niños “normales”. Ateneu Popular 9Barris conjuntamente con ADIMIR (Associació de Discapacitats Físics, Psiquics i Sensorials de Montcada i Reixac) lo están descubriendo a partir del proyecto integrARTE donde trabajan con un grupo de 20 niños de 5 a 7 años de los cuales 5 tienes espectro autista. Álvaro Guerrero y Lara Sánchez, profesores de circo en este proyecto destacan que la ley de la gravedad hace iguales a todas las personas y esto permite a los niños con autismo sentirse como cualquier otro niño.
El progreso es mayor para todos los alumnos cuando se trabaja desde la inclusión y no desde la segregación. Este enfoque metodológico permite conocer y familiarizarse con la “diferencia” generando unas relacione sociales duraderas a lo largo de los años. El circo como vehículo lo permite.
Algunos audiovisuales que recogen este trabajo:
Reportaje Cirque Ma Boule de Handicique de la Escuela de Circo de Bruselas
Documental de TVE El martes hacemos circo del Ateneu Popular 9Barris
Cortometraje El circo de las Mariposas
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